En 2015 la publicista María José Aguirre vivió un proceso en que se entrelazaron la experiencia de ser madre y la necesidad de reordenar sus prioridades. Así, luego de 12 años forjando su carrera en el retail, decidió hacer real una propuesta de valor con impacto en la sociedad, en un contexto donde todavía “no se hablaba de innovación social, ni de ecosistema emprendedor”, dice.
Con este propósito fijo y viviendo un proceso de “reparación personal”, como describe Aguirre, nació María La Biyux, una marca de diseño y joyería textil elaborada a mano por mujeres privadas de libertad en Chile. Su creadora cuenta que el proyecto busca acompañar y empoderar a mujeres vulnerables a través de su trabajo, ofreciendo “una actividad terapéutica de inclusión social”.
“María La Biyux otorga una oferta laboral remunerada estable en el tiempo dentro de los centros penales femeninos en Chile y generando impacto. Promueve nuevos modelos de negocio desde la innovación social con una mirada sorora por excelencia”, señala.

Tras lanzar y hacer realidad este proyecto, María La Biyux ya ha realizado más de 10 mil piezas textiles, las cuales han alcanzado renombre incluso en el mercado internacional, llegando a lugares como París, Singapur, Alemania y África. “Hemos participado en ferias internacionales en París como Who’s Next, representando a Chile de la mano de programas gubernamentales a través de ProChile”, cuenta su fundadora.
Al mismo tiempo, han implementado un paquete metodológico de entrega y vinculación territorial en el Refugio de Víctimas de Trata en Madrid, y han expandido su trabajo a mujeres de Marruecos, Israel, Kenia, Portugal, Nicaragua y otros países.
La clave: el cambio en el consumidor
Para la fundadora de María La Biyux, fueron varios los factores que ayudaron a que la marca creciera y fuera reconocida, especialmente “el cambio de conciencia frente al consumo”.
“Creo que estamos frente a consumidores mucho más conscientes, donde necesitamos saber de dónde viene realmente lo que consumimos, cuál es la trazabilidad que tenemos. Entonces, aquí también se juntan muchos factores, como la conciencia, el impacto, los objetivos de desarrollo sostenible, pero, sobre todo, de necesitar cambiar un poquito las cosas y ser parte de este proceso”, dice María José Aguirre.



Este cambio en el consumidor se alinea con el propósito y modelo de innovación social que mueve a María La Biyux, pues sin la venta de las joyas no se podría mantener el proyecto. “No recibimos ningún tipo de financiamiento de ningún lado. Es un modelo de innovación social, y es con el que aseguramos los sueldos a nuestras colaboradoras dentro de los centros penales”, asegura. Y, frente a esa realidad, la firma tuvo que buscar alternativas para lograr una mayor visibilidad de sus productos y también para ampliar sus canales de venta para llegar a un público mucho más amplio.
Aguirre cuenta que Falabella.com fue uno de los primeros marketplaces que le entregó visibilidad a María La Biyux, con “un espacio importante para mostrar lo que hacemos”. Pero no solo eso: también destaca que el canal de ventas cuenta con un equipo de apoyo disponible para el emprendedor, entregando guía y capacitación en este complejo camino: “Es un excelente lugar para poder estar, para poder visualizar los productos, para poder aumentar tus ventas y poder contar también con un súper equipo”.
Ahora, ampliar su llegada al mercado internacional y seguir robusteciendo la entrada en comunidades de mujeres de espacios vulnerables, son las metas que se propone a futuro esta marca, cuya oferta laboral ya no solo está limitada a mujeres privadas de libertad: “Nuestra propuesta tiene que ver con sanar, con reparar, con volver a tejernos y poder mostrarle eso al mundo”, afirma la emprendedora.